Me fui en silencio,
sin que me quedara nada entre el pecho y la espalda,
porque dije y demostré que yo si quería quedarme
a compartir las primaveras que aún me quedaban en los puños.
Me fui sin decir adiós y con la cabeza bien alta,
por tener el coraje de fracturarme el corazón una vez más
y a pesar de eso, conservar la sonrisa intacta.
Me fui, al darme cuenta que aquellos ojos dejaron de buscarme,
así que, sin reclamos, sin rencores, sin memorias de lo que pudo ser,
di la media vuelta, tirando a la basura esa pequeña esperanza de que me detuvieran.
Y entendí, que a veces la mejor poesía, es irse en silencio."