jueves, 15 de agosto de 2019

Magia


"Hay personas que te sueltan a medio camino, 
abandonándote a tu suerte. 
Y hay otras que te sujetan a medio camino, 
cambiándote la suerte. 
A las segundas hay que aferrarse con fuerza, 
porque siempre quien llega sin ser llamado, 
termina siendo nuestra mejor compañía en el viaje de la vida".

lunes, 12 de agosto de 2019

Ya no espero trenes..


“He dejado de esperar los trenes 
cuando me di cuenta de que el tren soy yo,
y quien quiera viajar conmigo 
siempre encontrará un lugar 
y quien no…
que se quede en la estación”. 

miércoles, 7 de agosto de 2019

jueves, 25 de julio de 2019

Una mujer exquisita (escrito por un HOMBRE)




‘Una mujer exquisita no es aquella que más hombres tiene a sus pies, 
si no aquella que tiene uno solo que la hace realmente feliz.

Una mujer hermosa no es la más joven, 
ni la más flaca, 
ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo, 
es aquella que con tan sólo una franca y 
abierta sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida.

Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, 
ni más cargos académicos, 
es aquella que sacrifica su sueño 
temporalmente por hacer felices a los demás.

Una mujer exquisita no es la más ardiente 
(aunque si me preguntan a mí,
 todas las mujeres son muy ardientes...
Los que estamos fuera de foco somos los hombres) 
sino la que vibra al hacer el amor solamente con el hombre que ama.

Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada 
er admirada por su belleza y elegancia, 
es aquella mujer firme de carácter que puede decir NO.

Y un hombre……..un hombre exquisito,
es aquel que valora a una mujer así...
Que se siente orgulloso de tenerla como compañera...
Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento... 
Que lucha a su lado compartiendo todos sus roles, 
desde lavar platos y atender tripones, 
hasta devolverle los masajes 
y cuidados que ella le prodigó antes...
La verdad, compañeros hombres, 
es que las mujeres en eso de ser ‘Muy machas’ nos llevan gran recorrido...

¡Qué tontos hemos sido -y somos- 
cuando valoramos el regalo 
solamente por la vistosidad de su empaque...
¡Tonto y mil veces tonto el hombre que come mierda en la calle, 
teniendo un exquisito manjar en casa!.

sábado, 13 de julio de 2019

Tú,yo y un café...



¿Recuerdas todo aquello que recuerdo? 
Todo aquello que sé. 
Todo aquello que tú deseas olvidar.
¿Lo recuerdas?...

El día que un café se volvió más 
que sólo una taza de elixir compartido.
El día que un café se volvió tiempo para soñar,
ficción y realidad.
El día que un café se volvió suspiros exhalados al viento, 
momentos únicos, irrepetibles. 
Secretos confesados que ahí se quedaron con los posos del café

La noche que el aroma del café nos envolvió, nos sedujo. 
Y nos bebimos el uno al otro.
La noche que el aroma del café nos provocó probarnos, 
degustarnos y quemarnos lento los labios.
La noche que el aroma del grano, 
nos hizo adictos al deseo. 
Sabíamos que podríamos quemarnos, 
pero aún así corrimos el riesgo, 
bebimos gustosos el dulce 
y a la vez amargo sabor de la temporalidad, 
de la certidumbre, 
del saber que un sólo café 
nunca más nos dejaría satisfechos. 
Una vez que se prueba 
hay un deseo insaciable por seguirlo bebiendo. 

El día que un café se volvió risas y tristezas. 
Vivencias y recuerdos.
El día que un café se volvió música 
que nos envolvía mientras nos mirábamos a los ojos. 
Y esa misma canción me la susurrabas al oído 
porque sabías cuanto me gustaba.
El día que un café se volvió silencios 
que apenas duraban segundos;  
de esos que lo dicen todo y a la vez nada.
El día que un café se volvió premura 
por sumergirnos en la oscura vorágine 
agitada por nuestras cucharas.

Tal vez nos bebimos demasiado rápido. 
Tal vez nos bebimos demasiado lento.
Tal vez fuimos como una taza de expresso: 
breve pero intenso.

Cada uno tuvo sus motivos, 
sus razones, no lo sé…   

Pero está claro que un café no es sólo un café... 
A pesar del miedo a quemarme. 
Sé que necesito del café y me encanta necesitarlo.  
No podría rechazar una invitación a tomarlo. 
Rechazar un café...
 es rechazar una oportunidad de charlar o algo más.
Rechazar un café...
 es perder la posibilidad de sumergirnos en los posos, 
en las largas y profundas miradas 
que devienen una vez consumado el deseo.

Un café nunca más será sólo un café...
La próxima vez que escuches la frase insinuante e invitadora: 
“venga; sólo es un café” 
Te apostaría que dejarás pasar el inaudible 
“nunca” 
que va delante, 
el que lo dice todo 
y a la vez nada, 
el “nunca” 
de arriesgarlo todo a una mano, 
a un instante, 
a un momento… a un café.

(Porque nunca volveremos a saborear un café del mismo modo)

sábado, 6 de julio de 2019

Hay veces...


Hay veces que no te merezco…

Hay veces que no entiendo, 
por que hago lo que hago y digo lo que pienso.
No comprendo que es lo que amas de mi.

¿Qué necesitas que yo tengo?.
¿Qué puedes encontrar en mi?.
¿Qué absurda solución te ofrezco?.
¿Será acaso que gustas del laberinto en el que te meto?.
¿Será acaso que simplemente no entiendo?.

A veces siento que no me mereces…
A veces creo que tan sólo proyecto.
A veces siento que no te merezco…

jueves, 4 de julio de 2019

"Cuentan..."


Cuentan los que te han visto…
Que ahora te dio por escuchar esas canciones 
que te dediqué cada noche, 
que ahora si las hiciste tuyas .
Que ahora que me fui definitivamente de ti, 
ahora sí te sientas a contemplar los ocasos, 
y que hasta has sabido sentir 
la emoción que deja cada tarde, 
que te ha iluminado la vida. 
Y que también te han visto llorar, 
como yo lo hice, 
al verte sonreír a otras  miradas.
Me han contado que añoras mi regreso 
y que guardas una ilusión, 
pero sin titubeos... 
yo he cortado toda historia en relación a ti.
Que sufres al ver quien es el dueño de mis sonrisas 
y quién me inspira a seguir mejorando.
Me cuentan quiénes te han visto, 
que ahora que no estoy, 
guardas mis cartas para leerlas después de trabajar, 
que mis notas cursis te devuelven el alma, 
y que guardaste todas mis orquídeas y mis rosas púrpura. 
Me cuentan que ya no sonríes  a nadie 
y que darías media vida por verme volver.
Y yo cuento esos recuerdos 
como una lección que no debe volver a ocurrir, 
que tu desinterés fue como cachetada con guante blanco, 
que me hizo entrar en razón 
y si es que te queda alguna duda, 
ahora sí, 
es que la verdad ya no te extraño, 
no te necesito... 
y tampoco quiero verte.