Duele ver cómo te alejas aunque estés cerca
y mi alma se cansa de esperar
quimeras entre nubes de papel de seda.
Vete, vete, pero no vuelvas.
Gritaré que te quise y te quiero,
pero de nada sirve sentir esa ausencia,
porque tu presencia a destiempo deja una huella
que desola y quiebra,
aunque por momentos me haces la persona más feliz de la tierra.
Cansada estoy de hacerme preguntas sin respuesta,
de ver pisadas tuyas sin rastro de cariño y clemencia.
Vete, pero no vuelvas.
Sé que jamás te olvidaré,
pero las palabras se quedan vacías y huecas.
Porque cuando alguien quiere de verdad
no usa excusas ni etiquetas
solo quiere saber de la otra persona
aunque esté hecha trizas de tanta guerra.
No creo en casualidades,
ni destinos ni promesas,
solo en esos hechos carentes
cuando una lo necesita con urgencia.
Poner punto final cuesta,
pero a veces las heridas sanan
aunque una no quiera.
Por eso, vete, y no vuelvas.