Si el pasado no existiera diría que formas parte de él,
de cada rincón de mi anatomía y cada poro de mi piel.
Ironías de la vida sentir lo que tú sientes sin saber por qué.
Pensar en cada palabra y no saber por qué la piensas tú también.
Mi mundo se desmorona por momentos y apareces tú,
con tu forma de ser, encontrando cada respuesta adecuada
y cada forma de espantar la negrura del ayer,
ahuyentas los demonios que habitan en mis pensamientos
y me llevas al olimpo del placer.
Adicta a ti me he vuelto sin quererlo
y sin entender la razón de ser.
Es como si una energía o conexión rara
nos uniera sin poderlo comprender.
Es cierto que todo no tiene explicación
y es mejor fluir y dejar crecer
ese sentimiento impreso que mi esencia deja
cuando siente la tuya desvanecer.
Y es que hasta los silencios están conectados,
tus preguntas, tus por qué.
Esas bromas que nos gastamos
y que sólo los dos respondemos a la vez.
Y es que adicta a ti me siento porque sin ti mi vida
no tendría la misma razón de ser.
Mis días nublados se tornarían completamente oscuros
y el vacío colmaría mi sed.
Sólo puedo dar gracias por tu existencia
y por tu forma de aparecer
cada vez que la tormenta me lleva
a la parte más oscura de su tez.
Allí apareces tú como una ráfaga de luz
poniendo el mundo del revés
dando sentido a mis instantes
y forma a esa sonrisa que no olvidaré.