Puede que la tormenta parezca interminable.
Puede que en mitad de ella,
te canses de nadar.
puede ser que decidas bajar los brazos,
y rendirte frente a la desesperanza...
Pero es all铆,
en ese preciso momento,
en esa maldita tormenta,
quiz谩s la peor que hayas atravesado,
cuando decides no rendirte,
sacar el cuerpo a flote,
secar la sal adherida a tu cuerpo...
Y respirar,
darte otra oportunidad,
ver todo con los ojos
y la valent铆a de qui茅n sobrevivi贸
a su peor naufragio.
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