A las que me decepcionaron y me hicieron sufrir.
Gracias por abrirme los ojos.
Por enseñarme lo que no quiero en mi vida.
Por saber quién sí y quién no,
por hacerme más fuerte y más yo.
Por dejarme ver cosas que antes no había visto.
...por enseñarme tanto...
Hacer que valore mucho más a los que sí merecen la pena,
a los que marcan la diferencia.
Gracias por apartarte de mi camino,
dejar vía libre a lo bueno que está por venir.
Por no seguir ocupando un hueco importante para nada,
por hacerme llorar,
hay lágrimas que curan...
Por aparecer y, de la misma manera, hacer todo lo contrario.
Hay personas que quieren irse y, simplemente, hay que dejar que lo hagan.
Fue un placer pero, por favor, cierra al salir.”