miércoles, 10 de octubre de 2018

Tus manos...dentro


Tú te fuiste, pero tus manos no.
Tus manos aún planean en mi mente.
Salen a mi encuentro
y espantan soledades.


Tus manos poseen a las mías
y escriben poemas sobre mi piel.
Dibujan el deseo.
Hacen música con mi silencio.
Recorren mis distancias 
y se cuelan dentro, muy adentro. 

lunes, 8 de octubre de 2018

Cansa


A veces me canso de ser fuerte.
De ser tan lógica y de intentar aparentar 
que no me afectan las cosas.
Pero también me cansa madrugar, 
y lo hago porque lo tengo que hacer, 
o también me cansa subirme a una montaña, 
pero lo hago, porque me gusta.
Me cansa también echar a alguien de menos, 
pero lo hago porque no lo puedo evitar. 
Me cansa no poder evitar eso,
y otras cosas que me hacen daño...
Pero como suelo ser fuerte, 
consigo que no me dañen...
hasta el día que me canso.
El día de puertas abiertas.
Ese día sin defensas, 
sin control de accesos, 
sin antivirus, 
sin artillería antiaérea.
Es el precio de exponerse, 
de elegir, 
de sentir, 
de vivir siendo consecuente.
A veces cansa.
Pero para descansar tengo toda la eternidad.

viernes, 5 de octubre de 2018

Un tren que pasa...


¿Cuánto es el tiempo que necesitas para recordarme? 
¿O dejar de olvidarme, si prefieres?
Creaste la necesidad de quererte. 
Con una hora te bastó. 
Seguramente sobraron 59 minutos y medio.
Sonreíste y desplomaste el destino a mis pies. 
Tu mirada era Septiembre; 
con el brillo agonizante suplicando más abriles, 
me perdí para buscar la primavera. 
Encontramos el verano más ardiente 
derritiendo la frialdad del corazón.
Poco más sabré de ti. 
Poco más sabrás de mí. 
No volverán a chocar las circunstancias que nos acercaron ese día. 
La distancia comenzó cuando juntamos nuestros cuerpos. 
Abrir las piernas nunca será el error. 
La mayor debacle es abrir el corazón.
¿En quién piensas en la soledad de la noche? 
¿Cuando el alba se extingue? 
¿Cuando nadie te sostiene la mirada o te prepara un buen café? 
Siempre temiste el silencio, 
pero hasta él decidió abandonar tu sombra.
Acaso un día me encuentres, 
buscando el tiempo que me debes, 
esas horas que quedaron en promesas desprovistas de tu aroma. 
Pero nunca lo sabrás. 
Viviré entre los renglones de los versos que nunca escribes para mí,
pero siempre me devuelven mi reflejo.
Olvidaste tu deseo entre las sábanas,
te llevaste mi ilusión en tu equipaje. 
Denuncié su pérdida: 
"situación desconocida" me dijeron. 
No cabían tantos besos en tus manos,
pero llené tus bolsillos por si un día, 
confundido, te apetezco. 
Poco valen ya, el tiempo nada cura pero todo enrancia.
Hundido y solo, levanta tu copa.
Brindemos por lo que pudo haber sido...y no fue.

miércoles, 3 de octubre de 2018

martes, 2 de octubre de 2018

Cree en ti


Peor que la convicción del "no" es la incertidumbre del TAL VEZ, 
es la desilusión de un casi. 
Es el casi el que incomoda, entristece, 
que mata trayendo todo lo que podría haber sido y no fue.
Quien casi ganó, todavía juega, 
quien casi murió está vivo , 
quien casi amó, no amó. 
Basta pensar en las oportunidades que se escurrieron, 
en las chances que se pierden por el miedo. 
Me pregunto a veces, ¿qué nos lleva a elegir una vida tibia? 
Si la virtud estuviese en medio término, 
el mar no tendría olas, 
los días serían nublados 
y el arco iris en tonos de gris. 
La nada no ilumina, no inspira, 
no aflige ni calma, 
apenas amplia el vacío que cada uno trae dentro de sí. 
Ni la fe mueve montañas, 
ni todas las estrellas están al alcance, 
pero preferir la derrota previa a la duda de la victoria, 
es desperdiciar la oportunidad de merecer. 
Para los errores existe el perdón, 
para los fracasos, oportunidad; 
para los amores imposibles, tiempo. 
De nada sirve cercar un corazón vacío o economizar el alma. 
Un romance cuyo fin es instantáneo o sin dolor, no es romance. 
No dejes que la melancolía sofoque, que la rutina acomode, 
que el miedo te impida intentar. 
Desconfía del destino y cree en ti. 
Gasta más horas realizando que soñando, 
haciendo que planeando, viviendo que esperando, 
porque aunque quien casi muere está vivo ... 
Quien casi vive, ya murió. 

sábado, 29 de septiembre de 2018

Mi rincón II


Desde un rincón veo cómo se marcha
un día de septiembre donde acaba la ciudad
y donde empieza un horizonte con montañas
y sueños donde las nubes dicen
que la luz se aleja y va a buscar
otros rincones donde no sea noche.


Y en mi rincón un banco,
refugio de enamorados
tú y yo, los versos
que nacen descolgados,
con ritmo quebrado y desnudos
para decirlos en voz 
muy baja al atardecer.

jueves, 27 de septiembre de 2018

Perfectamente imperfecta


Así es. 
Sin trampas ni cartón. 
Sin cirugía ni falsa modestia.
Esto de vivir se hace cada vez más difícil. 
Con el paso de los años la realidad se hace más presente, 
los amigos se van cayendo del vagón de tu tren 
y son menos los que cada vez, 
suman más tus alegrías y reencuentros.
Soy terriblemente imperfecta.
Seguro que muchos de nosotros,
a lo largo de nuestra vida se ha tropezado con memos y memas. 
Dícese de esos memos amigos, memos compañeros de trabajo, 
memos parejas…que se empeñan en desprestigiar tu trabajo, 
en convencer a los demás de que tú en el fondo eres una mala persona 
y no vas con buenas intenciones, o en hacerte la vida imposible. 
Queridos memos y memas del mundo. 
Sufrís una de las peores enfermedades: la envidia. 
Esa que te come por dentro,
esa que destroza tantas relaciones humanas 
que podrían ser más que imperfectas. 
Esa que te hace cada día más agria, 
más amarga y más infeliz. 
Hay que alejarse de esos memos y memas. 
Hay que sortearlos y tener un radar de memos 
en el bolsillo para estar precavidos. 
En los chinos seguro que lo encuentras. 
Y por un “eulo”.
Soy una perfecta imperfecta que jamás calla lo que piensa. 
Y no solo eso, sino que además lo digo, lo grito, 
lo escribo y siempre voy de frente. 
Sin tapujos, ni rodeos. 
Sin cuchillos en las espaldas. 
Hoy el ser sincera es casi una ofensa para muchos 
¡tócate los cojones!. 
O lo que quieras. 
El que calla otorga…Si, quizás. 
Pero yo prefiero ser de esas perfectas imperfectas 
que dicen todo lo que piensan, 
haciendo uso siempre del respeto 
(aunque a veces me lleven los demonios).  
Porque si algo he aprendido, 
es que el derecho que una persona tiene en expresarse, 
es inversamente proporcional, 
al derecho inexistente de una parte contraria  
que reprime tu derecho a decir lo que sientes. 
¡Toma ya! 
Esto es de nota.
No soporto la gente falsa. 
Que alguien toque la puerta de tu corazón, 
te regale una caja llena de promesas que ni él mismo se cree.
O ella. No soporto la agresión gratuita. 
Ni la que se paga. 
No soporto la injusticia a cualquier nivel 
ni la libertad que hemos asumido los humanos 
para hacer lo que nos venga en gana con cada especie animal, 
con cada centímetro de este puñetero planeta que se muere. 
¿Quién te lo dijo? 
¿Quién te dijo que podías hacerlo? 
¡Maldito seas!
Amo la imperfección. 
La imperfección que nos convierte en seres curiosos, 
sedientos de ganas de seguir aprendiendo. 
Amo la imperfección que nos hace humildes, 
que hace grandes a las personas. 
La imperfección de la unión, 
de querer ser mejores cada día. 
De acabarte un libro y querer leerte otro. 
De caerte y volverlo a hacer a posta para caer mejor, 
caer de cuclillas y aprender a caer de pie. 
Amo la imperfección de esas personas que han aprendido a seguir adelante, 
creadores de recetas absurdas pero que 
¡están buenísimas joder!. 
De esas personas que decidieron no seguir el camino marcado, 
que han destacado en la historia por defender lo que creían 
y demostraron al mundo que los equivocados, no eran ellos.
Amo la imperfección de las primeras veces.
Amo la imperfección de las pequeñas cosas. 
Porque en la imperfección de vivir, 
está la auténtica perfección de convertir lo imperfecto, en perfecto.
En perfecto para ti.